Ante las alarmas de arsénico en el agua
Los efectos sobre la salud humana de la ingesta crónica de aguas arsenicales fueron documentados por primera vez en el mundo en la Argentina a comienzos del siglo XX. Hace más de un siglo que nuestro país viene estudiando los problemas sanitarios producidos por el arsénico y sus manifestaciones, como patologías de la piel, una de las más frecuentes. Se ha investigado su origen relacionado con las características de nuestro suelo con importante participación de cenizas volcánicas procedentes de los Andes, su distribución en aguas subterráneas (y en algún caso superficiales) y su incidencia en la salud humana. En el caso específico de la Provincia de Buenos Aires, existe un contraste entre los muchos esfuerzos por determinar los niveles de arsénico en las aguas subterráneas y la escasa o nula existencia de registros epidemiológicos. Sin embargo, hay casos bien documentados en otras provincias como Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y Salta. Los datos epidemiológicos existentes son escasos y, en general, están vinculados a las posibles correlaciones entre manifestaciones patológicas y los incrementos de los niveles de arsénico muy por encima de los 50 microgramos por litro. Este es el valor históricamente establecido por el Código Alimentario Argentino (CAA) para el agua de consumo humano. En la actualidad, el valor establecido de 10 microgramos por litro, basado en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, resulta de cumplimiento difícil para la Argentina, ya que nuestras aguas tienen condiciones naturales en ciertos sectores por encima de estos valores. Además, hay que tener presente que estos valores se incrementan en períodos secos y decrecen en ciclos de mayor precipitación. Su disminución local requiere de métodos de purificación del agua como los que están desarrollando con éxito en el CETMIC (Conicet-Universidad Nacional de La Plata) una técnica innovadora y de bajo costo que utiliza carbón vegetal para remover arsénico del agua subterránea. Otros desarrollos recientes de investigadores de la UNLP y el Conicet están trabajando en una solución basada en la técnica del hierro cero-valente que ha sido implementada con éxito en una planta piloto en Pipinas, que permite tratar hasta 15.000 litros diarios de agua.
Este comunicado de prensa quiere llevar tranquilidad a la población alarmada por recientes anuncios de contaminación con arsénico, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Los valores obtenidos son naturales, no hay contaminación antrópica y no hay riesgos reales de consumir agua que contenga niveles modestos de arsénico mientras no sobrepasen los 50 microgramos por litro. Esta conclusión se basa en la evidencia epidemiológica existente. Al mismo tiempo, busca alertar a las autoridades para que tomen un compromiso más activo con el problema de las aguas arsenicales en todo el país, brinde financiación a los desarrollos en curso, y que den respuesta a la necesidad imperiosa de poner en valor tanto los estudios geológicos, químicos y epidemiológicos existentes como las investigaciones en curso, a través de una política proactiva para enfrentar este problema de manera centralizada, racional y eficaz.
Académico Victor A. Ramos, Secretario General ANCEFN Buenos Aires, 22/12/25



