Entrevista a Pablo Lavarello y Regina Vidosa del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR – CONICET). (Imagen: CONICET Fotografía/Verónica Tello).
El 9 de diciembre de 2024, el Ministerio Federal de Investigación, Tecnología y Espacio de Alemania aprobó un nuevo subsidio de cooperación internacional para financiar proyectos de investigación conjunta con países de América Latina en distintas áreas temáticas estratégicas. De las 107 presentaciones recibidas inicialmente, sólo 8 fueron seleccionadas, de las cuales una de ellas logró formalizarse en la firma de un convenio de cooperación. El objetivo de ese convenio: conformar la red académica germano-argentina sobre Transformaciones Socio Ambientales llamada Red TraSAs, propuesta por el Instituto de Sociología de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, junto al Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) del CONICET, a la que luego se sumaron el Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales (IDEHESI) de la UBA y el CONICET y el Centro de Estudios Económicos del Desarrollo (CEED) de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales de la UNSaM.
La conformación de esta nueva red académica binacional, tiene como objetivo analizar las cadenas de suministro de recursos críticos para las nuevas tecnologías de transición energética, como son el litio y el hidrógeno verde, desde una perspectiva transdisciplinaria que pueda dar cuenta de los impactos locales y globales, en diálogo con los diversos actores sociales, económicos y políticos. En ese sentido, la contraparte argentina de la Red TraSAs representada por el CEUR, ya cuenta con el financiamiento para un plan de trabajo inicial de 3 años (hasta el 31 de enero de 2028, con la opción de extenderse por dos años más), contando para ello con los servicios administrativos de Innova-T, la Unidad de Vinculación Tecnológica del CONICET.

Pablo Lavarello es licenciado en Economía por la UNLP, magíster en Política Económica por la UBA y Doctor en Economía por la Université Paris XIII (Francia). Además de su labor como docente universitario e investigador independiente del CONICET, es el actual director del CEUR y, como tal, dirige la red TraSAs en nombre de Argentina, junto a la Dra. Anne Tittor de la Universidad de Jena, por Alemania. En conversación con Innova-T, el Dr. Lavarello recuerda cómo nació el nuevo Convenio Específico de Cooperación firmado entre el CONICET y la Universidad de Jena, para fortalecer los lazos académicos entre ambos países: “Este proyecto surge de una combinación de antecedentes previos. Por un lado, desde el CEUR se venía trabajando con la Universidad de Jena en proyectos de cooperación internacional entre Alemania y Argentina, como FlexTrans (2010–2013), centrado en la flexibilidad en cadenas de valor transnacionales y precariedad laboral, en estrecho contacto con Anne Tittor, Claudia Tomadoni y Johanna Sittel. Por otro lado, existían también experiencias y proyectos compartidos entre Jena, el IDEHESI de la UBA y CONICET y el CEED de la UNSAM. Estas trayectorias fueron consolidando vínculos entre las instituciones argentinas y el grupo alemán, que finalmente confluyeron en la convocatoria de Alemania, a la que nos presentamos en febrero de 2024 y en la que resultamos seleccionados a mediados de ese mismo año.”
Regina Vidosa, por su parte, es Investigadora Asistente del CONICET en el CEUR y la flamante coordinadora de la red TraSAs en representación de Argentina, junto a la Dra. Claudia Tomadoni que coordina la red desde Alemania. Licenciada en Sociología por la UBA y Magíster en Economía Política por la FLACSO, Regina concluyó en 2018 el doctorado en Estudios Urbanos y Regionales, dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina y de la Bauhaus Universität de Alemania. Tanto ese doctorado binacional como el nuevo subsidio recibido por CONICET de parte del gobierno alemán, son resultado de un sólido vínculo académico construido durante muchos años que, según la Dra. Vidosa, no hubiera sido posible sin el apoyo del entonces Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina: “Nuestro vínculo con la Universidad de Jena se remonta al año 2010, a partir de una serie de proyectos binacionales que fueron muy importantes para crear lazos institucionales. Al principio fueron proyectos de estancias, tanto de becarios de Argentina en Alemania como de alemanes en Argentina, que después derivaron en el armado de doctorados binacionales. Fue, entonces, gracias a las políticas de desarrollo y cooperación internacional implementadas por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina junto con Alemania, que nosotros, desde el CEUR, pudimos tener como socio principal a la Universidad de Jena. Nada de eso hubiera sido posible sin el financiamiento público de ambos países.”

Sobre la base de estos antecedentes en materia de cooperación institucional, el CEUR y la Universidad de Jena decidieron aprovechar la nueva convocatoria del gobierno alemán para formular una propuesta de trabajo conjunto, definiendo para ello una pregunta-problema compartida: ¿Cómo se pueden iniciar procesos de cambio estructural sostenible en torno al desarrollo de las cadenas de suministro de hidrógeno verde y litio? Es que, según Pablo Lavarello, del lado argentino ya había varias líneas de investigación sobre transición energética, indagando desde distintas perspectivas tanto el tema litio como el potencial del hidrógeno verde: “En el CEUR, analizamos las cadenas de valor, estudiando tanto las problemáticas del desarrollo tecnoproductivo, como los conflictos ambientales y de geopolítica, lo que nos permitió articular con el IDEHESI, que tiene una trayectoria muy destacada en el estudio de las relaciones internacionales, y con el CEED de la UNSaM, que es la principal referencia del país en análisis de economía de la innovación”. En cuanto al grupo de trabajo alemán, “tenían mucho interés en discutir la temática de la transición energética, desde una perspectiva del conflicto socio-económico y ambiental, a nivel de las comunidades locales, a nivel del mundo del trabajo, etc.” Es por eso que, para el director del CEUR, resultó decisivo “encontrar que teníamos una complementariedad posible con los demás grupos de investigación e identificar que, en el contexto actual, resultaba sumamente importante poner en discusión las distintas direcciones que va generando la transición energética, que todavía hoy es un gran enigma, para poder aportar una perspectiva de análisis crítica y situada desde un país periférico.”
Es justamente esa dimensión crítica y situada la que, según Regina Vidosa, definirá los verdaderos aportes de la nueva red académica binacional en el mediano y largo plazo: “más que ofrecer una solución a los desafíos de la transición energética, nuestra apuesta es dejar una serie de preguntas, diagnósticos y dispositivos que permitan repensar esas dos cadenas de suministros desde una mirada crítica: cómo se insertan los países de América Latina, quién desarrolla la tecnología, qué rol específico tiene Argentina, qué implicancias territoriales tienen el desempeño de estas cadenas, tanto en lo económico y tecnológico, como en lo social y ambiental. No pretendemos transformar la matriz productiva, ni son nuestras las metas de descarbonización, sino que tenemos una mirada crítica sobre los procesos implícitos que la búsqueda de esas metas podría generar”.
El proyecto de cooperación entre la Universidad de Jena y el CEUR no fue elaborado para una convocatoria convencional. Además de los clásicos objetivos de investigación, el nuevo subsidio aprobado por el gobierno alemán tiene como prioridad la creación de instituciones académicas binacionales de largo plazo. Cabe preguntarse, entonces, cómo será la dinámica de trabajo entre los distintos grupos de investigación que integran la flamante red TraSAs. “En realidad, se trata de una red que tiene varias fases de desarrollo y ahora nos encontramos en una primera fase referida al armado institucional”, aclara la Dra. Vidosa. “En ese sentido, ya alcanzamos los primeros hitos del proyecto, como la conformación de un Consejo Directivo con tres integrantes por la institución alemana y tres por cada una de las instituciones argentinas, el armado de una oficina con espacio y localización en Argentina -que está en el CEUR, la contratación de una coordinación, el armado de un estatuto y el diseño de un Plan Estratégico de Gestión, que incluye la coordinación de cuatro grandes grupos de investigación: uno que estará dedicado a la cadena del litio y otro a la del hidrógeno verde, más otro grupo que abordará el modo de regulación y las formas institucionales relativas a cada una de las cadenas y, por último, un grupo que investigará los conflictos y las implicancias territoriales de ambas cadenas.” En cuanto al desarrollo efectivo de estos proyectos de investigación, explica, “corresponde a la segunda fase de la conformación de la red, que tiene como hito a cumplir para mediados del año que viene, la realización del 80% de todo el trabajo de campo.” “Por eso decimos –concluye- que TraSAs es una red incipiente, que se irá consolidando poco a poco a partir de las investigaciones específicas que se plantea cada grupo, con la finalidad de institucionalizar vínculos académicos de largo plazo.”

Una dimensión no menor para este tipo de proyectos es la asistencia administrativa, tanto en la etapa de presentación del proyecto como en la distribución y rendición de los fondos recibidos. En ese sentido, tanto Pablo Lavarello como Regina Vidosa consideran que la participación de Innova-T resulta decisiva. “La realidad es que tenía dudas de entrar en esta convocatoria y recién cuando hablé con Innova-T dije, esto es algo que administrativamente podemos llevar adelante”, recuerda el director del CEUR, para después asegurar: “Innova-T fue el factor que nos decidió a avanzar”.
A la convocatoria alemana se presentaron 107 proyectos, de los cuales sólo fueron seleccionados 8 de toda América Latina. “Fuimos el primero de los 8 proyectos seleccionados que logró firmar el convenio general, el convenio específico y los contratos de transferencia”, aclara Regina, para dimensionar la complejidad administrativa de este tipo de presentaciones. “Había que compatibilizar lo que podíamos ofrecer desde Argentina con la normativa alemana y, obviamente, el CONICET tiene ciertas restricciones para la cooperación internacional. Tanto las Gerencias de Desarrollo Científico y Tecnológico y de Vinculación Tecnológica de CONICET como Innova-T estuvieron ahí, nos capacitaron, nos escucharon, le buscamos la vuelta y se la encontramos. Y ahora con Innova-T, por ejemplo, tenemos un acompañamiento diario, están siempre.”
Según Pablo, una de las claves de esa gestión fue “la buena articulación entre Innova-T y las gerencias del CONICET, que pudieron resolver problemas con mucha agilidad, aún con las dificultades que sabemos que hay en la administración pública, que son históricas y agravadas por el contexto actual.” Un contexto que, para Regina, exigió un compromiso laboral que merece ser reconocido: “Pudieron resolver internamente un montón de cuestiones que a nosotros nos hubiera llevado años, gracias al arduo trabajo que se hizo desde la Gerencia de Vinculación Tecnológica, desde la Gerencia de Desarrollo Científico y Tecnológico y desde innova-T. Hay que decir además que, en el momento más complicado de la firma del convenio, donde se encontraban más incompatibilidades y parecía que no se llegaba porque siempre aparecía una cláusula nueva que había que revisar, los empleados de CONICET estaban rindiendo el examen por idoneidad, sin saber si al otro día podrían volver a su trabajo. Así y todo, mantuvieron la responsabilidad y el compromiso para sacar adelante este proyecto. En ningún otro de los 8 países seleccionados se logró llegar a la firma del convenio, porque la compatibilidad normativa lleva mucho tiempo. El CONICET estuvo a la altura de las circunstancias.”
Aprobados todos los convenios relativos al subsidio, tanto el director como la coordinadora de la red TraSAs por parte de Argentina, se encuentran abocados a concluir con la primera fase del proyecto, en la que los grupos de investigación de Alemania y Argentina deberán dar cuenta de haber constituido una red binacional consolidada e incluso ampliada. Es por eso que, tal como reconoce Regina Vidosa, “hay mucha expectativa respecto del plan estratégico de gestión que tiene la red en sí misma, que recién empieza y que nos debe llevar hacia ese lugar, cumpliendo metas definidas y sumando nuevas instituciones de los territorios en los que vamos a trabajar.” La necesidad de ampliar la red hacia otros grupos de investigación del país, enriquece, según Pablo Lavarello, la perspectiva multiescalar del abordaje, “donde lo internacional, lo regional y lo nacional se pueda articular en las reflexiones y debates sobre una nueva estrategia de desarrollo.” Se trata, en definitiva, de un proyecto colectivo y de largo plazo, protagonizado por diversas instituciones de Alemania y Argentina, para analizar a fondo el devenir de las cadenas de suministro de litio e hidrógeno verde para la transición energética. En palabras del Dr. Lavarello, “un desafío grande desde lo teórico, que a su vez es indisociable de la capacidad de gestionar”.
