El Centro Cultural de la Ciencia fue escenario de la entrega de los Premios InnovaT 25 años. Se distinguieron proyectos tecnológicos innovadores, de alto impacto para el Medio Ambiente.
La Fundación -creada en 1993-, desde hace más de dos décadas viene fortaleciendo lazos de vinculación y transferencia tecnológica entre el sector público y privado. Este espíritu y con el compromiso de contribuir con el desarrollo de nuevas tecnologías para el medio socio productivo, es lo que la motivó a impulsar este Concurso, que busca distinguir los aportes más originales e innovadores en materia de Tecnología para el Medio Ambiente.
Isabel Mac Donald, presidenta de la Fundación, dio apertura al encuentro y señaló la importancia de la actividad desarrollada en los últimos tiempos: promover la innovación y transferencia de tecnología para que bienes y servicios desarrollados por emprendedores nacionales lleguen a la sociedad. Agradeció también la participación del jurado: Gustavo Bianchi, Fabiana Drincovich, Daniel Ploper, Galo Soler Illia, Irene Wasilevsky y Hernán Svoboda, así como el apoyo de las empresas patrocinantes: JENCK S.A., MERCK Argentina, BIOINGENIERIA DEHNER SRL y LOVOB Científica.
El primer puesto fue para Marcos Mammarella, por el proyecto “Deep Agro”; el segundo puesto fue para Sebastián Bonanni, por el proyecto “Humedales bioelectroquímicos para el tratamiento de agua residual domiciliaria”; y el tercer puesto lo obtuvo Vera Álvarez, por el proyecto “UNIBIO: Plataforma tecnológica para el desarrollo de bioagroinsumos”.
Entre los destacados panelistas, contamos con la presencia de Alberto Chevalier, Director de Investigación, Desarrollo e Innovación de los laboratorios GIHON y Sebastián Kossacoff, Director del Centro Tecnológico de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA).
Chevalier contó su experiencia como científico emprendedor y el recorrido que lo llevó a la fundación de GIHON, único productor mundial de la sustancia Thimerosal, que se utiliza para mantener vivos a los virus de las vacunas. Describió los avatares de su actividad empresarial y la importancia de la inversión público-privada que derive en propuestas tecnológicas con real impacto social.
Por su parte, Kossacoff destacó que la innovación en la industria metalúrgica es el pilar básico de la competitividad, potenciando el desarrollo económico de toda la cadena productiva nacional. Asimismo, resaltó que existen tensiones estructurales propias en el sector: dificultades para la asociatividad y para la innovación, por lo que la constitución de redes resulta la mejor forma de funcionamiento de los Centros Tecnológicos.
Por último, se entregaron menciones a proyectos destacados por el Jurado por calidad técnica y potencial innovador. Cada ganador recibió un equipo donado por distintos actores empresariales:
– “Dispositivos para el diagnóstico y monitoreo de ensayos biológicos combinados con teléfonos celulares”, a cargo de Maia Lescano, recibió por parte de Bioingeniería Dehner SRL, un equipo de microscopio Zeiss Mod Primo Star LED.
– “Desarrollo de bioinsecticidas basados en hongos entomopatógenos para el control de insectos plaga en producciones hortícolas”, representado por Romina Manfrino, recibió un equipo de bomba de vacío para microbiología, donado por MERCK Argentina.
– “Valorización de plásticos RAEE”, a cargo de Yamila Vázquez, al que se le otorgó un equipo de balanza analítica, donado por Jenck S.A.
– “Innovación Tecnológica en el manejo de plagas de granos y harinas”, a cargo de Carla Zilli, que recibió un equipo de Vortex, donado por Lobov Científica.
Agradecemos a la Dirección de Relaciones Institucionales del CONICET por la cobertura de prensa y fotografía.